El ODS 11, a examen

Las ciudades, grandes nodos de innovación y de inversión, son fundamentales para el crecimiento económico y desarrollo de una sociedad. Sin embargo, esta capacidad para potenciar el crecimiento las hace susceptibles de concentrar al mismo tiempo una serie de conflictos y desigualdades socioeconómicas, altos niveles de desempleo y malas condiciones ambientales.

Los grandes asentamientos urbanos son, a la vez, motor del cambio climático y una de las claves indispensables para solucionarlo. Por ello, hacer ciudades “inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” constituye uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, acordados el 25 de septiembre de 2015. Este objetivo (ODS 11) se centra en mejorar aspectos como el acceso a la vivienda, el sistema de transporte, la expansión urbana, la calidad del aire, la herencia cultural, la participación ciudadana o la provisión de espacios seguros y libres de acoso sexual, entre otras metas.

 

Revisión ODS 11

 

Después de dos años desde su aprobación, este verano se presentó una revisión del progreso del ODS11, en el Panel de Alto Nivel de la ONU celebrado en julio. El informe recalca el papel central de este objetivo en concreto -respecto a los otros 16 de la Agenda 2030- en tanto que las ciudades acogen actualmente al 54% de la población mundial y puesto que tienen un gran potencial de crear sinergias entre unas metas y otras.

 

Por ejemplo, el objetivo de fin de la pobreza (ODS 1) está relacionado con el aspecto de mejorar la situación de las chabolas (la meta del ODS 11 que consiste en que, para 2030, todo el mundo tenga acceso a vivienda adecuada, segura y asequible, así como los servicios básicos). Por otra parte, una adecuada gestión de los residuos urbanos podrá evitar la entrada de éstos al mar, ahorrando la potencial contaminación de los océanos e incidiendo por tanto sobre el ODS 14, que consiste en la conservación de la biodiversidad marina. Otro ejemplo es que el fomento de la participación ciudadana -y por tanto, de ciudades inclusivas- contribuye a su vez a la instauración de sociedades pacíficas (ODS 16).

 

A partir de la base de datos ‘Global Sample of Cities’, así como de información recopilada de otras fuentes (estudios nacionales, oenegés, entidades del sector privado, ámbito académico…), la ONU ha podido analizar cuáles son los principales progresos y los desafíos que quedan para alcanzar el ODS 11.

 

Uno de los retos que el análisis ha detectado es el de garantizar una vivienda digna a los ciudadanos. El informe establece que, aunque es cierto que la proporción de población global que reside en chabolas se ha reducido desde el 28 % al 23 % en los últimos años, los números absolutos en realidad han aumentado: desde la cantidad estimada de 807 millones de personas viviendo en chabolas en el año 2000 a los 883 millones que lo hacían en 2015. Resalta asimismo la “crisis global” en que se ha convertido la asequibilidad de la vivienda, una situación que, aduce, afecta por igual a personas de países con altas rentas que a los de bajos ingresos.

 

El informe de la ONU incide además en la importancia de invertir en una gestión eficiente de los residuos sólidos urbanos, pues ello afectará positivamente a otros ODS, así como a otras agendas globales. Por una parte, esta meta está “fuertemente conectada” con la salud y, por otra, con la pobreza, precisa el documento; “el sector informal de auto-empleo en la recogida y reciclaje de residuos provee de estilos de vida más sostenibles a muchas familias, especialmente a mujeres”.

 

En este sentido, asegura que las ciudades están progresando en la mejora de la gestión de sus residuos municipales, especialmente en los países más ricos, pero también está sucediendo en pequeñas localidades con recursos limitados. La calidad del aire, por su parte, no ha mejorado. Más bien al contrario: en los últimos años, los estudios alertan que los niveles de exposición han aumentado “significativamente” en algunas partes del mundo, “particularmente en los países que se están industrializando rápidamente y que cuentan con elevada población”.

 

Como conclusión, la ONU asevera que uno de los retos pendientes es la mejora de métodos de seguimiento si queremos alcanzar el ODS 11. Para ello, recomienda acordar globalmente el concepto de “urbano”, adoptando una definición estadística funcional de lo que constituye una ciudad y sus límites.

 

En esta línea -metodológica- también se señala como desafío “único para los indicadores del Objetivo 11” la necesidad de recopilar datos e información sobre las ciudades locales antes de que los países agreguen los resultados a nivel nacional: “La creación de estos agregados nacionales no es una tarea fácil y, sin un método adecuado, es muy probable que los valores nacionales, regionales y mundiales sean difíciles de producir de manera más sistemática y con normas comparables. Los países con numerosas ciudades, y aquellos con recursos humanos y fondos limitados, necesitan adoptar diversas estrategias para hacer frente a las grandes demandas de datos”, sentencia (Foto: CGLU)

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